
La obra estaba adaptada para niños, y enseñaban muchas cosas relacionadas con la música y con la ópera. Todo nos lo contaba el mismo Mozart, con su peluca blanca y con el traje rojizo.

Pidieron voluntarios para subir al escenario y Juan subió enseguida, y Mozart le dió la bienvenida.

Y, después, Juan bailaba mientras Papageno, vestido de amarillo, y Papagena, vestida de rosa, cantaban.


Nos ha gustado mucho. Tenemos que volver otra vez a la ópera.
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